Tomate

Una interesante investigación de la Universidad de Massachusetts  publicó la larga historia evolutiva del tomate.

Su historia evolutiva comenzó hace decenas de miles de años en la costa del Pacífico de Sudamérica con la aparición de unos pequeños frutos silvestres del tamaño de un arándano, y en lo que ahora es Ecuador, hace 80.000 años, alcanzó el tamaño de un tomate cherry. Los investigadores descubrieron que en el camino de los tomates salvajes, México fue en donde existieron las primeras pruebas de domesticación tras un largo proceso de selección de variedades y que fueron la base de las que llegaron a Europa en el  siglo 16. En los siglos 20 y 21 ya conquistaron el mundo y es el segundo vegetal más importante del planeta después de la patata.

Las crónicas narran la llegada del tomate amarillo a las monarquías de  España e Italia que ya consumían siglos atrás los aztecas. Primero sirvió solo como ornamento en los salones de los reyes por su parecido a otras plantas venenosas con las que comparte familia, como la mandrágora o la belladona, pero el uso en la cocina de estos pequeños frutos, no llegó sino hasta el siglo 17.

En los siguientes siglos la historia del tomate ha pasado por muchas variantes que mejoraron la resistencia y cualidades, como una mayor cantidad de azúcar y de beta caroteno, dos características que hacen que los tomates tengan mayor tamaño, mejor sabor y un color más atractivo.

En el año 2017 el Instituto de Biología de Plantas de Valencia secuenció el genoma completo de 398 variedades de tomate, entre las que se incluían modernas, tradicionales y silvestres como las que aparecieron en lo que hoy es Ecuador. Se ha identificado en las variedades de los tomates silvestres compuestos químicos notables asociados al sabor y que por el contrario hoy escasean en los supermercados.

En la larga evolución del tomate, iniciada en la pequeñez de su cuna junto al Pacífico, hasta el éxito actual en todo el mundo, la ciencia con conciencia quiere ayudar para seleccionar variedades  y recuperar parte de su esencialidad, que se ha visto afectada por las malas prácticas agrícolas y la utilización incontrolada de pesticidas.

“…. El tomate, astro de la tierra…. sin hueso, sin coraza, sin escamas ni espinas, nos entrega el regalo de su color fogoso y la totalidad de su frescura”  (Pablo Neruda)

Carlos Jaramillo Medina

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