Hace pocas semanas la revista Science presentó la secuencia completa del genoma del trigo. Esto significa que se elaboró una base de datos que ayudará a acelerar la creación de variedades más productivas y resistentes a las enfermedades o a las sequías, lo que permitirá afrontar el reto futuro de alimentar a millones de consumidores.
Los científicos explican que el genoma del trigo es mucho más complejo que el genoma humano. Secuenciar el genoma es como dibujar el mapa de un territorio. “Cuanto más detalle haya en un mapa, mayor es la calidad”, señalan. La secuencia publicada tiene 4 millones de puntos de referencia y la dirección de 100.000 genes. Se encontró un gen que una vez que se inactiva acelera el ciclo de cultivo y otro que endurece el tallo para hacer polvo a una plaga que se dedica, precisamente, a comer tallos.
Esta información será fundamental para desarrollar nuevas variedades de trigo. El conocimiento del genoma facilitará identificar los genes que controlan el valor nutricional y que se adaptan a la sequía, a las temperaturas altas y a la resistencia a las plagas. También se podrá diseñar variedades que no den problemas a los alérgicos y cultivar en condiciones óptimas ambientales.
La aplicación de estos descubrimientos del genoma del trigo aún tomará un tiempo y los futuros cultivadores tendrán un menú amplio para crear variedades de uno de los alimentos más importantes del mundo. Hoy el trigo aporta una de las cinco calorías a los 7.000 millones de habitantes del planeta y es el principal alimento de un tercio de ellos. Como la población mundial crecerá es necesario incrementar la producción. Las voces de los grupos ecologistas encasillados en el panteísmo naturista no entenderán este paso esencial de la ciencia.
…“¡Parecen las espigas viejos pájaros
que no pueden volar!
Son cabecitas,
que tienen el cerebro de oro puro
y expresiones tranquilas.”…
(Espigas, Federico García Lorca)
Carlos Jaramillo Medina
