Las NALGAS de Jennifer López y Shakira

Las nalgas de JLo y Shakira que todo el mundo vio, darán mucho que pensar y que hablar. Pensar y hablar por su solidez, redondez y por su feroz dinámica del Caribe sin ninguna clase de remordimientos.

¿Cuántas mujeres querrían bailar como ellas, perderse y encontrarse con sus  curvas sísmicas que tienen el kilómetro 0 en sus cinturas de diosas sensuales caribeñas?

Ya desde el siglo pasado, en  la década de los 80, recordamos que las mujeres hacían caer con sus espectáculos de TV, con escasez de tela y abundancia de carnes, las quijadas al suelo de hombres, viejos, jóvenes, mujeres, curas, curuchupas, comunistas, perros, gatos, y todo ser que aparecía por ahí… No era para menos,  por ejemplo, la puertorriqueña Iris Chacón se convirtió en aquella época en el epítome de la figura caribeña: morena, esbelta, voluptuosa, sensual, sexual, la mujer que con el movimiento de las caderas era capaz de tumbar las Torres Gemelas de Nueva York, y por qué no, con sus violentas ondas sensuales, resquebrajar los lejanos muros sólidos renacentistas del mismísimo Vaticano.

JLo y Shakira, a pesar de sus edades que ya superan las 4 décadas,  en todos estos lustros han sido criticadas y admiradas en doble sentido: por un lado, como el estereotipo de la mujer fútil, hipersensual y que sólo se integra a la cultura de la farándula reduciendo sus cuerpos a los confines de la carne; y por el otro, asignándoles una lectura indulgente en el sentido de que ellas proponen una estética alternativa porque se apropian de sus cuerpos para hacer de ellos verdaderas obras de arte de intensa plasticidad: el baile, el canto y la exposición de una vehemente sensualidad  por libérrima decisión. ¿Qué juez tiene la verdad para definir cómo la mujer debe manifestarse en las tarimas? ¿Hipocresía, envidia, frustración de muchas artistas que no han llegado a su nivel?

Ana Teresa Toro dice con acierto: “Si el ejercicio de apropiación de su cuerpo de una mujer llega por la vía del recato y la modestia al vestir, maravilloso. Si, por el contrario, se manifiesta envuelta en telas brillantes bailando la danza del vientre o trepada en un tubo girando sus curvas, doblemente maravilloso”.

En lo que no existe discusión, es en la insoportable plenitud de las nalgas de JLo y Shakira,  ejemplares mujeres que tienen el poder de hablar el profundo lenguaje artístico del Caribe. Estos nalgatorios vibrantes expresan la música afrocaribeña y recuerdan también la cultura mestiza de herencia árabe y la dolorosa historia esclavista imperial europea.

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