El cuarto más silencioso del mundo con certificado Guinness está en Seattle, Redmond, dentro del campus de Microsoft.
La experiencia humana en este lugar de silencio profundo es la siguiente: en los primeros instantes se toma conciencia de los latidos del corazón, luego la respiración se nota más fuerte, de pronto suenan los fluidos, lo que se comió antes de entrar cobra una nueva vida en forma de flujos que regurgitan en el estómago. Más allá de los 5 minutos la experiencia humana pierde el control generándose un extraño desasosiego que termina en mareo.
Según los experimentos realizados en los humanos el límite del oído es de 0 decibelios. El cuarto más silencioso del mundo tiene – 20. Para tener una referencia y poder comparar este silencio profundo, Gopal, el ingeniero de sonido hindú responsable de la sala, explica que el sonido de dos átomos cuando se rozan es de -23. Una referencia que sólo apenas la podemos imaginar.
Este cuarto silencioso aséptico con paredes aislantes construido por Microsoft sirve para realizar experimentos científicos que luego serán aplicados en el mundo de la tecnología.
Recordemos que el decibelio (dB) es la unidad empleada en acústica, telecomunicaciones y en otras especialidades para expresar la relación entre dos magnitudes: la magnitud que se estudia y la otra de referencia. En acústica esta unidad mide la intensidad del sonido.
Comparemos el cuarto más silencioso del mundo que emite -20 dB con algunas actividades humanas: avión de despegue 130 dB, acto político 110 dB, tráfico intenso en la ciudad 90 dB, conversación 40 dB; respiración tranquila 10 dB.
El virus, a diferencia del mudo y aséptico cuarto científico de Microsoft, nos ha envuelto en un horizonte de pandemia de un silencio profundo cercano a los 0 decibelios. Sin embargo, este afligido silencio ha hecho posible que dispongamos del tiempo necesario para pensar que el modelo capitalista globalizado que devasta nuestro planeta no debe durar más.
