Letr INA

Si usted es de estómago débil  le recomiendo que no lea este artículo, pero si se anima no puede hacerlo justo antes o después de comer.  De todos modos, no me responsabilizo de cualquier desaguisado que le pueda causar por esta brevísima historia de cómo la gente se limpiaba,  – y se limpia todavía – , el trasero después de ir a las letrinas.

La historia de la letrina tuvo su apogeo en Roma, cuyos habitantes  se distinguían, entre otras cosas, por su afición a las termas y a los baños. Los arqueólogos nos han permitido conocer sus costumbres a través de las ruinas de Roma y de las provincias del Imperio, en donde los ciudadanos aprovechaban para defecar, socializar y conspirar.

Sus instalaciones eran públicas y una vez dentro, las necesidades fisiológicas de senadores, soldados, comerciantes y artesanos se hacían en grupo y a la vista de todos los presentes, sin pudor y sin tabiques separadores entre los WC. Súmese a esto el método del limpiado del trasero, que a falta de papel inventado por los chinos, el instrumento en cuestión era una vara de madera con una esponja marina atada a un extremo, la “spongia mediterranea”  que se recolectaba en algunas islas griegas. Para ellos esta íntima actividad no era más que la combinación de una necesidad fisiológica con sus actividades sociales y políticas.

La letrina romana después se popularizó en todo el mundo para evitar los brotes de cólera que fueron causados  por unos deficientes sistemas de retirada de los excrementos. Con el tiempo esta instalación ha sido desarrollada para ser usada de modo estrictamente personal, – ahora con mayor razón en estos tiempos del coronavirus -, cumpliendo normas que deben ser respetadas para maximizar su eficiencia, sobre todo en las áreas rurales.

Gracias estimado lector por el interés mostrado en este corto texto que narra una de las necesidades  indelegables del hombre. Como queda descrito, el uso de la letrina tiene una larga vida en la historia de la humanidad.

Y en nuestro atribulado Ecuador, la utilización de la letr INA también tiene su propia historia fétida que por oscuros intereses no se ha contado todavía. Ojalá pronto se conozca este intríngulis que revele sus inmundicias.

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