La XVIII Exposición Internacional de Arquitectura, Biennale di Venezia, titula: “El Laboratorio del futuro”. Se celebrará desde el 20 de mayo al 26 de noviembre de 2023 en los Giardini, el Arsenale y Forte Marghera como la primera gran exposición de esta disciplina para poner a prueba el proceso de alcanzar la neutralidad en carbono y además reflexionar sobre los temas descolonización y descarbonización (*).
Y tiene como Comisaria a una renombrada académica de la arquitectura, educadora y novelista de éxito, nacida en Escocia y criada en Ghana por su padre cirujano.
Según sus propias palabras una exposición internacional de arquitectura debe ser un momento y un proceso. Y que más allá del deseo de contar una historia de la disciplina las cuestiones claves de un evento de esta naturaleza deben ser los debates sobre su producción, los recursos y su representación
Por primera vez la atención se centra en África. El continente de esa cultura fluida y enmarañada de afrodescendientes que se extiende por todo el planeta. De este modo el gesto esencial de “El Laboratorio del futuro” sería el cambio.
“De lo que suceda allí va a depender la vida en el planeta”. Es el continente más joven y la mayoría de los habitantes tiene un futuro por delante. Y quiere impactar al mundo comisariando desde la Bienal para explicar que África no es una periferia. Que tiene la misma cantidad y calidad de talento y creatividad que el resto del mundo.
Sin embargo, África es actualmente el continente que sufre las mayores sequías. No se puede hablar de sostenibilidad como si fuera un tema universal. No puede serlo. Por esta razón hablar de conservar una zona donde nunca ha habido abundancia (países pobres) es diferente a hacerlo donde sí ha existido (países ricos).
Lokko tiene mejores ideas como educadora que como diseñadora. Se autocalifica como una exigente contadora de historias, pero no preciosista. Y que la escritura y la lectura compulsiva le han permitido saber que había otros mundos para abordar cuestiones raciales sin interesarle la pura protesta por el racismo, la pobreza y la inferioridad. La raza para ella es, sobre todo: riqueza. “En la Ghana en la que crecí no había librerías ni bibliotecas. La lectura dependía de si tenías un tío que fuera al extranjero y trajera libros. No se elegía, leíamos lo que traían: de Dostoievski a novelas rosa…”.
Siempre le interesó las paradojas, la migración y todo lo que tiene que ver con lo híbrido. “Nos gusta lo híbrido”, porque lo híbrido en el siglo 21 ha sustituido a lo puro.
Realizó estudios de sociología y arquitectura en Londres, Oxford y en Los Ángeles. Fundó en el 2014 la Escuela de Arquitectura de Johanesburgo con 11 estudiantes blancos. En 2019, cuando dejó la docencia, el 80% de los alumnos eran negros, en una sociedad poscolonial en la que se prefieren las carreras de Medicina, Ingeniería o Derecho.
La Comisaria cree que la arquitectura es mucho más amplia que el trabajo de los arquitectos. Sostiene que está hecha de capas permeada por la historia, la cultura, el poder, la economía y que revela muchas cosas. Entre ellas se podrían citar:
Lo que no se ve, es decir sus implicaciones. “No es un edificio lo que cambia las cosas, es la manera de pensar teniendo en cuenta las consecuencias”. Pero hay que advertir al mismo tiempo que la arquitectura y el poder a lo largo de la historia han ido de la mano y que el poder no suele tener interés en cambiar las cosas.
Que la especialidad en arquitectura aísla y solamente investiga un fragmento de la realidad. La arquitectura es la parte y el todo. Y que como las disciplinas fuertes, las que aceptan la duda y redefinen continuamente sus límites, siendo porosas, permiten que la vida se cuele en su esencia. A esta categoría de disciplinas pertenecen también la música o la literatura.
Que la buena arquitectura siempre piensa en el futuro sin olvidar el pasado. Es su obligación. Lo completamente nuevo no existe. De este modo se entenderá a la historia de la arquitectura como una historia siempre incompleta.
Que a la arquitectura africana no se la puede etiquetar bajo un único adjetivo como lo hace Occidente. “Aunque tenemos cosas en común, la arquitectura congoleña tiene tanto que ver con la sudafricana como la portuguesa y la holandesa”. Si bien el adjetivo africano es genérico, el continente es diverso, sobrepasa los 1.400 millones de habitantes, existen variadas geografías, 54 naciones y muchas lenguas que dan identidad a sus naciones.
Y que la voz dominante de la arquitectura ha sido históricamente exclusiva cuyo alcance y poder ha ignorado a enormes franjas de la humanidad.
Las bienales internacionales deben convertirse, por tanto, en una oportunidad para que las voces de la arquitectura de los “continentes periféricos” también se pronuncien. ¿Qué debemos decir? ¿En qué va a cambiar algo lo que digamos? Y lo más importante: ¿Cómo interactuará lo que digamos con lo que digan los otros?
De este modo las exposiciones internacionales no tendrán un único relato sino múltiples voces que interactúen en un magnífico caleidoscopio de ideas, propuestas, aspiraciones y significados que respondan efectivamente a los problemas de nuestro tiempo.
(*) Algunos de los retos más urgentes a los que se enfrenta nuestro planeta es la reducción de los altos niveles atmosféricos de CO2 (liberado por el uso de combustibles fósiles, la deforestación, las actividades industriales y de la construcción) hasta la gestión de los recursos y la preservación ecológica.
Referencias:
- RT; “Descubren microorganismos que ´devoran´ carbono ´con asombrosa rapidez´”, 10-04-2023.
- ArchDaily; “Bienal de Arquitectura de Venecia de 2023, 18° Muestra Internacional de Arquitectura”, 14-04-2023.
- El PAIS SEMANAL, Anatxu Zabalbeascoa; “Lesley Lokko: De lo que suceda en África va a depender la vida en el planeta”, 7-04-2023.
- Universes in Universe; “Bienal de Arquitectura de Venecia 2023”, 23-03-2023.
- AV; “Bienal de Arquitectura de Venecia 2023: El laboratorio del futuro”, 06-06-2022.
- Varias páginas de Internet.
CLARABOYA 