Antonio Gaudí ¡Ruega por nosotros!

Este lunes 14 de abril el Papa Francisco (1936-2025) firmó el decreto de “virtudes heroicas”, 25 años desde que la Santa Sede dio el visto bueno en el año 2000 a la puesta en marcha del proceso. Se trata de un trámite inicial que ahora requerirá la certificación de un milagro para poder ser beato, una fase complicada que a veces dura décadas; y una segunda, aún más engorrosa, con otro milagro, para llegar a santo.

El expediente, que recoge las pruebas, documentos y testimonios del célebre arquitecto y artista catalán, nacido el 25 de junio de 1852 y fallecido el 10 de junio de 1926, ha cumplido con todos los requisitos del Dicasterio de la Causa de los Santos. Esta instancia del Vaticano ha informado que se consideran demostradas las “virtudes heroicas” del aspirante, expuestas por la Asociación Pro Beatificación en 1992, por lo que se lo declara “venerable siervo de Dios”.

En la postulación de la causa para la beatificación se expone su semblanza. Fue un gran profesional diseñador y arquitecto, amó y respetó la naturaleza, quedó soltero y proyectó toda su fe en Jesucristo en una gran obra como el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona. Su vida austera hacía que su vestimenta sea como la de un mendigo. Tras el accidente que le costó la vida, atropellado por un tranvía, fue tomado como uno de ellos y conducido a un hospital para pobres, donde falleció tres días después.

En el portal informativo de la Santa Sede se detalla que en la cuaresma de 1894 sufrió una grave enfermedad “causada por un estricto ayuno que, si bien puso en peligro su vida, le proporcionó una profunda experiencia espiritual en su búsqueda de Dios”.

Desde entonces, con su auténtico ascetismo espiritual, rechazó nuevos encargos y se concentró exclusivamente en la Sagrada Familia que se configuró en teología visual, en la que cada piedra es un acto de fe.  Sus obras anteriores, caracterizadas por su inconfundible estilo modernista catalán, orgánico y profundamente influenciado por la naturaleza y la religión, permanecen en la memoria histórica de la arquitectura mundial: el Parque Güell, la Casa Batlló, la Casa Milá o de La Pedrera, la Casa Vicens, el Palacio Episcopal de Astorga, etc.

En 1925 adaptó como residencia una pequeña habitación contigua al templo de la Sagrada Familia para dedicarse en cuerpo y alma a su construcción. Falleció un año después y fue enterrado en la cripta del templo. El portal de la Santa Sede en su informativo concluye. “cristiano convencido y practicante, asiduo a los sacramentos, hizo del arte un himno de alabanza al Señor, a quien ofrecía los frutos de su trabajo, que consideraba una misión para dar a conocer y acercar a los hombres a Dios”.

En la religión católica sí es posible pedir un milagro a un “siervo de Dios”, a pesar de que no haya sido todavía declarado beato o santo.

Elevemos una corta plegaria a Antonio Gaudí:

Te pedimos, por tu intercesión a Dios, que en Cuenca florezca la buena arquitectura para dignificar su título de Patrimonio de la Humanidad.

Que inspire a quienes diseñan y deciden, para que busquen con sabiduría lo bello, la armonía, lo ético y lo que eleve el espíritu.

Que nos libre de lo vulgar, de lo que hiere al paisaje y a nuestras montañas, de la arquitectura sin sentido ni verdad.

Tenemos fe que pronto serás el santo de los arquitectos.

¡Ruega por nosotros!

Referencias:

El País, Iñigo Domínguez; “El papa Francisco aprueba el primer paso para la beatificación del arquitecto Antonio Gaudí”, 14-04-2025.

Portal de la Santa Sede.

ChatGPT.

Varias páginas de Internet.

El gráfico que se acompaña: Retrato de Antoni Gaudí, 1878 y Caricatura de Eusebi Güell de 1889, Museos de REUS / MNAC.

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