5. Visión Mercantilista
Ensayo presentado en el VIII Workshop RIDOT, Red Interamericana de Observación Territorial; y el XIV Simposio SNDU/PT, Simposio Nacional de Desarrollo Urbano y Planificación Territorial. Junio de 2025.
La revolución copernicana ofrece una oportunidad ideal para descubrir cómo y con qué consecuencias los conceptos pertenecientes a diversos campos del conocimiento se mezclaron para formar un solo cañamazo. Los cambios acaecidos en la Edad Media superaron la antigua filosofía mística, dilatando los horizontes del hombre renacentista para crear una nueva relación del hombre con Dios, una nueva física, otra concepción del espacio y otra relación del hombre con la naturaleza que le rodea.
Más tarde, con la creación del nuevo universo newtoniano mecanicista, de exacta compensación entre la fuerza de inercia y la atracción gravitacional, se derivará una lectura exclusivamente matemática y mercantilista de la naturaleza. La Primera Revolución (1750-1840) y la Segunda Revolución Industrial en los territorios europeos (1880-1914), en el marco del desarrollo del capitalismo monopolista, trajeron aparejada los primeros impactos y consecuencias ambientales graves, entre otros: descubrimiento, uso y explotación de combustibles fósiles y recursos minerales de la tierra, agotamiento de recursos energéticos y biológicos, contaminación de aguas, de la atmósfera y los suelos.
Y durante el siglo 20 y el actual, todas las fijaciones ideológicas y naciones del primer mundo han contribuido, igualmente, a marcar la pauta de la historia ambiental. Bajo el tutelaje del economicismo e inspirados por intereses propios, los estados y las empresas transnacionales han buscado un crecimiento económico continuo y autosostenido y unas ganancias extraordinarias. Para la obtención de esos objetivos, consideran al mundo natural como un ilimitado almacén de materias primas sin ningún valor inherente, solamente como una mercancía más.
El discurso del presidente de Argentina, en el Foro de Davos de enero de este año, dibujó con claridad los términos de una brutal batalla ideológica que los lideres de ultraderecha internacional, acompañados por “oligarcas tecnológicos”, convencidos por ideas o por intereses, libran en los últimos tiempos. El objetivo es demoler consensos científicos sobre el cambio climático acelerado por las actividades humanas. Milei dijo: “cuando uno argumenta que la Tierra ha tenido ya cinco ciclos de cambio brusco de temperatura y que en cuatro de ellos el hombre no existía nos tildan de terraplanistas para desacreditar nuestra idea sin importar que la ciencia y los datos estén de nuestro lado”.
La ciencia ha demostrado que el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente en la Tierra en los últimos 200 años ha provocado el calentamiento global de origen antropogénico. Estas acciones provocan, entre otras consecuencias, cambios en el ciclo del agua, desequilibrios y destrucciones en los ecosistemas marinos y terrestres, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la acidificación de los océanos o la desaparición de los bosques y el cambio climático.










